Los sentidos y las emociones son una fuente de inspiración y un poderoso estímulo para la actividad creativa.

Vista, oído, gusto, tacto y olfato:

estos cinco sentidos nos ayudan a comprender este mundo.

Ellos determinan cómo lo veremos y qué impresión dejará sobre sí mismo en nuestros corazones. Pero es imposible compartir este conocimiento y comprender su profundidad sin emociones.

Las emociones son el lenguaje universal más bonito con el que nos comunicamos con el mundo y con nosotros mismos. Las emociones muchas veces son imposibles de expresar con palabras, y aquí es donde el arte cobra fuerza y ​​el artista adquiere el estatus de demiurgo, creando obras que pueden hablarnos sin palabras, extendiendo la mejor red de conexiones emocionales con el espectador.

 Un gran trasfondo emocional le permite mantener un diálogo irracional con el espectador, quien, con sus sentimientos de percepción y respuesta, participa en el proceso de creación.